A mi lo del fútbol, qué queréis que os diga, no es que no me guste, pero no dejo una buena cena por un Cádiz-Osasuna. Vaya rápidamente por delante que lo de la selección y la eurocopa es otra cosa y no me he perdido ni uno solo de los partidos que ha jugado España (se dice así: España, como si fuese el país entero el que juega). Y hasta me levantaba del sofá cuando metíamos (se dice así: metíamos, como si 45 millones de españoles chutaramos el balón) un gol. Aplaudía y gritaba "goool", pero bajito.
Digo todo esto porque me ha impresionado ver tanta bandera española, tanto toro de Osborne y tanto canto de yo soy español, español, o algo parecido. Y lo que más me ha llamado la atención ha sido que a nadie le llamaba la atención. ¡A qué va a resultar que este es un país normal!, como Italia, Inglaterra, Francia o Alemania. Si es que estos son normales.
Y otra, la camiseta roja. Todo el mundo vestido de rojo, hablando de la "Plaza roja", "el equipo rojo", rojo para arriba y rojo para abajo sin que nadie aprovechara para decir que éste es un país de rojos o cosas parecidas.
Es lo que yo digo, que la gentes normal, oiga, que la gente es normal.
